Se trata de una espectacular casa unifamiliar, obra del prestigioso, estudio de arquitectura de Pablo Fernández, caracterizada por una forma expresionista generada a partir de distintas incisiones en un bloque cúbico. Sobre una parcela en pendiente de Somió se realizó un edificio poco convencional de fachada gris, cuyos variados entrantes y salientes esconden salidas al exterior y llamativos ventanales. La forma básica del cuerpo constructivo se determinó a partir de una pista de pádel soterrada que abarca la mitad de la planta sótano. Sus dimensiones fueron las que decretaron la envolvente de la propia vivienda, que abraza el edificio como un caparazón, duro y pétreo, permitiendo la entrada de luz y aire y enmarcando las vistas. La zona de acceso, situada en el nivel semisótano y con varias plazas de aparcamiento, soporta la primera planta, en la que se ubica un llamativo comedor al aire libre y una preciosa piscina. Medio nivel más arriba, sobre la pista de pádel, se encuentran la cocina americana y las amplias estancias de día. Los dormitorios ocupan toda la planta superior y ofrecen a la familia una vista despejada sobre el paisaje circundante, así mismo dispone de una suite con cocina para el servicio. – La configuración de los espacios interiores, distribuidos en forma de cruz en tres medias alturas y en torno a cuatro patios, responde también al objetivo de los arquitectos: paredes rectas con superficies irregulares o inclinadas. La disposición cromática es agradable y discreta, con paredes blancas y madera en tonos claros que subrayan el interesante trazado de las líneas, consta de cinco habitaciones, salon comedor, 5 baños, 1 suite adecuada al personal de servicio, amplias terrazas con vistas extraordinarias, cancha de padel, amplio garaje, piscina.